SER MUJER Y VOLVER A LA ESCUELA A TERMINAR LOS ESTUDIOS

Ser mujer y volver a la escuela a terminar tus estudios, no es una decisión sencilla. Llevo casi tres años trabajando en la Escuela del Cariño de Curicó, dirigida a personas adultas, y desde ahí he podido conocer las historias de muchas personas que retomaron sus estudios, pero hoy quiero centrarme en algunas experiencias de aquellas mujeres que se atrevieron a tomar esta decisión.

El 21 de agosto de 1812, José Miguel Carrera firmó el decreto de educación obligatoria para mujeres ¡Hace más de 200 años! El objetivo, en ese tiempo, era preparar a la mujer para ser una buena esposa, buena madre y dueña de casa. Fue en 1912 (100 años después) cuando se firma el decreto de ley que iguala los programas de estudio entre hombres y mujeres. Pero aún así, ¿ustedes creen que la educación que reciben hombres y mujeres es igualitaria?; ¿Nos enseñan lo mismo nuestras familias, escuela, sociedad… el mundo?

Muchas veces en la escuela vemos llegar a mujeres, de diferentes edades, muy entusiasmadas con la oportunidad de volver a estudiar. Hacen preguntas, reviven aquel momento en el que debieron dejar sus estudios (algunas con tristeza, pesar, dolor, resignación), nos cuentan sus sueños, lo que harían si aprenden a leer, si terminan su cuarto medio … y en varias oportunidades nos encontramos frente a algunos de los miedos que amenazan sus alas, como: “¿Puedo traer a mis hijos/as? Le prometo que van a estar tranquilitos, no van a interrumpir”; “¿Las clases son todos los días, es que no puedo dejar la casa tanto rato sola?”; ¿“Mi esposo llega a la casa a las 7, puedo llegar un poco más tarde para poder dejarle lista la comida?… y así se van sumando, a una lista muy larga, todos los obstáculos que tiene una mujer para tomar la decisión de volver a la escuela, de preocuparse de ella misma y de sus sueños… en algún momento de su vida.

Por lo general, uno de los principales motivos por los que interrumpieron sus estudios es por la maternidad, a los que le sigue el hacerse cargo de las cosas de la casa, cuidar a sus hermanos/as o trabajar. Motivos que hoy en día, siguen siendo el obstáculo para tomar la decisión de volver al estudio. Porque aún no se consolida en nuestra sociedad esa educación igualitaria, donde el hombre también asume la paternidad de manera activa, las tareas del hogar, el ser equipo con su pareja. Porque la casa sigue funcionando, en muchos de los casos, por la presencia de una mujer.

A pesar de los obstáculos, alrededor del 60% de nuestra matrícula está compuesta por mujeres y el porcentaje sube a un 67% cuando revisamos los datos de los estudiantes que fueron promovidos durante el año escolar. Las mujeres se organizan, encuentran soluciones y se comprometen consigo mismas a no desperdiciar la oportunidad.

En el año 2019, una de nuestras profesoras realizó el proyecto de la Feria de Emprendedores, persiguiendo el objetivo de empoderar a aquellos/as estudiantes que tenían un proyecto personal, entregándoles herramientas que les ayudaran a seguir creciendo y pudieran mostrar su trabajo. Se instalaron alrededor de 12 emprendimientos, 11 de ellos eran de mujeres. Nos deleitaron con sus panes amasados, tortillas de rescoldo, manteles, cobertores, pasteles, joyas, mandalas, miel, etc. La profesora se había encargado de ayudarles a tener un logo y tarjetas de presentación. Fue una experiencia muy enriquecedora. Pero lo más impresionante fue que una de nuestras estudiantes de 1º ciclo básico, llegó unas semanas después, contándole a su profesora jefe que una de sus tarjetas de presentación había llegado a un negocio y la llamaron, pidiéndole 10 panes para probar si se vendían. Fue tanto el éxito, que después le pedían panes a diario!

Como escuela no buscamos que nuestros estudiantes solo vean la opción de seguir estudiando una carrera de educación superior (sean mujeres u hombres), buscamos ampliar su abanico de oportunidades de acuerdo a sus verdaderos intereses, de aquello que disfrutan hacer y que les dará los beneficios que necesitan (no sólo económicos, también emocionales y de autorrealización). Y desde ahí quitamos el estigma de las profesiones, oficios u ocupaciones de acuerdo al género.

Volver a la escuela siendo mujer no es una decisión sencilla, pero si realmente es lo que quieres hacer, vas a encontrar la forma y lo harás increíble. Porque los 209 años que han pasado desde que en Chile nos integraron a la educación, no podrán callar esa fuerza, pasión, amor y sueños que llevamos dentro. Aún nos falta mucho camino por recorrer para llegar a una educación igualitaria, no solo en las escuelas, también en las casas y en la sociedad, pero los avances que hemos tenido nadie nos los podrá quitar, y espero que, en un futuro no muy lejano, mujeres y hombres de las nuevas generaciones puedan celebrar que lo logramos, riéndose de las diferencias que hubo en el pasado.

Pía Meza Maureira,

Directora Escuela del Cariño Sarmiento, Curicó.