En junio del año pasado y bajo los auspicios de la UNESCO países de todo el mundo se reunieron en la Séptima Conferencia Internacional de Educación de Adultos (CONFINTEA VII) en Marruecos. Los participantes hicieron un balance de los logros en materia de educación de adultos, concluyeron que es un derecho, y elaboraron un marco de acción para superar el grave déficit de estudios formales que afecta a personas de los cinco continentes.
Lejos de brindar oportunidades de aprendizaje para todas y todos, en la instancia quedó claro que un tercio de los países del mundo, menos de 5% de los adultos mayores de 15 años participan en programas de educación y aprendizaje. Chile no es la excepción, ya que hay más de cinco millones de personas que no han terminado sus estudios básicos y medios. Ahora le corresponde al Estado cumplir el acuerdo de CONFINTEA VII que tiene carácter de mandato jurídico internacional, adoptando decisiones políticas para aumentar la cobertura en educación de adultos que solo beneficia a 138 mil compatriotas.
La pandemia de COVID-19 mostró que solo si todos, jóvenes y mayores, pueden aprender, podemos resolver juntos desafíos globales. Es clave adquirir los conocimientos necesarios para actuar de manera conjunta y resolver nuevos problemas teniendo como horizonte la construcción de una sociedad más justa y sostenible.
La Directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, ha señalado que «La educación de adultos es clave para transformar nuestro futuro. Teniendo en cuenta los cambios tecnológicos y sociales, el derecho a la educación debe significar permitir a cada persona, a lo largo de toda su vida, adquirir los conocimientos y las habilidades necesarias para aprovechar su potencial y vivir con dignidad”, y en Corporación Educacional Escuelas del Cariño suscribimos plenamente a estas palabras.
En la práctica, hemos venido trabajando por el fortalecimiento de las alianzas público-privadas que garanticen el derecho a la educación de las chilenas y chilenos más vulnerables. Urge, en tal sentido, la conformación de una mesa de acción que congregue a todos los agentes involucrados -Ministerio de Educación, municipios y corporaciones educacionales- y así dar cumplimiento a los compromisos de Marruecos.
A medida que se profundizan los efectos del cambio climático, se aceleran y masifican procesos globales tales como la migración, y la creciente influencia de las tecnologías digitales en todos los aspectos de la vida, es fundamental que la educación de adultos sea protagonista de la agenda política.
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1949, los Estados miembros de la UNESCO se reunieron en Elsinore, Dinamarca, para debatir de qué manera el aprendizaje de las personas adultas podría ayudar a promover la paz mundial y el entendimiento internacional. Esa conferencia marcó el inicio de un diálogo mundial respecto al tema.